Tantos años leyendo chorradas, tantos años escribiéndolas. Perdiendo y haciendo perder el tiempo. Esperando a que los que saben dejen de hacerse los tontos y enseñen lo que saben. Y a que los que no saben dejen de pasarse de listos y pregunten lo que de verdad quieren saber. Esperando a que los buenos hablen y a que los malos callen.
A la salida de misa, en el correo electrónico, en WhatsApp, en FaceBook y Twitter, siempre igual. Un torrente de palabras intrascendentes, de vuelo irregular como el de una mosca. Demasiado movimiento para nada. Por eso cerré mis cuentas en FaceBook y Twitter, y reduje WhatsApp al mínimo.
Hace años que dejé de ver la televisión. Después abandoné la radio, que ahora escucho en inglés por aquello de mantener el idioma. Unas veces oigo las desgracias del mundo en el World Service de la BBC. Otras, las desgracias de Londres en LBC London News. Y otras, tiemblo oyendo las opiniones de los comentaristas en AM560 The Answer, Chicago.
También dejé de leer periódicos en papel y formato digital. Ocultaban más que revelaban. Pero me quedé con algunas páginas de noticias internacionales y blogs de temática religiosa. Especialmente, católicos conservadores y tradicionalistas.
Salvo honrosas excepciones, los blogs conservadores han resultado ser especialistas en marear la perdiz. Y los tradicionalistas han resultado ser perdices mareadas que, a fuerza de perdigonazos, han quedado aislados en sus reductos. Yo también soy una perdiz mareada, aislado en mi reducto. Aún mareado, pero feliz por haber podido escapar de esa jaula de adefesios llamada Novus Ordo Missae. He recuperado mi tiempo, mi vida, y la alegría de la Fe.
Como penitencia por el tiempo perdido, voy a compartir los libros que vaya leyendo. Los iré comentando. Y si me gusta algo que esté sin traducir, es posible que lo parafrasee en español. Por aquello de mantener el idioma. No serán traducciones porque eso está fuera de mi alcance.
Hasta la próxima, si llega. Eso querrá decir que he podido cumplir mi palabra, y que he vuelto a leer. El objeto de este blog no es otro que, también ustedes, si es el caso, puedan volver a leer.
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